Ya es sabido que las condiciones estrictamente intelectuales aunque ayuden, no son la clave del éxito.
El
primitivismo expresado en reacciones instantáneas y en dar rienda suelta a los impulsos está cada vez mas a la vuelta de la esquina. El ser humano se otorga un derecho a hacer descargas coléricas que se generan sobre todo, trasladando la conversación que versa sobre un tópico, objeto o situación equis, a realizar apreciaciones y agresiones que van directamente dirigidas a características o valoraciones de su interlocutor o receptor. Ese es un error básico, común pero no menos
preocupante, que lleva a consecuencias nefastas en la comunicación y que solemos cometer todos alguna vez, en mayor o menor medida.
Además de esto, parece ser que las condiciones cerebrales de
muchísimos humanitos no han podido evolucionar del todo, actuando en cada situación vital como si existieran constantes amenazas de las que hay que inevitablemente huir o atacar.
La amígdala cerebral, envía información al
hipotálamo que es el encargado de activar el siste

ma nervioso simpático (que de simpático no tiene nada) que envía señales de alarma ante una amenaza, por lo que este puede ser el circuito primitivo-inicial de las descargas de ira.
Así como la amígdala participa en la consolidación de la memoria, también almacena información acerca de acontecimientos emocionales, que pueden ser activados en otras situaciones con algún carácter similar al condicionado en el aprendizaje inicial.
Goleman propone para la inteligencia emocional los siguientes principios en cuanto al manejo de la información:
- Recibir
- Retener
- Analizar
- Emitir
- Controlar
En este sentido, tenemos un largo camino, aunque se da de forma bastante breve, que podríamos recordar para
gerenciar adecuadamente nuestras emociones...
Obviamente somos humanos, que aunque creemos ser muy intelectual y emocionalmente elevados, la realidad es que no lo somos...tenemos aún bastante de primates y quizás lo sigamos teniendo.
Aproximarse al manejo saludable de las emociones: eso si es un plus que eleva cualquier perfil personal y profesional.
Deberíamos intercambiar la creencia de que somos tan elevados, por poner en práctica algunos mecanismos para ayudar a mejorar el filtro del brote emocional, así
ahorrariamos infinitos malentendidos y síntomas desagradables, producto de elevados niveles de ansiedad generados por discusiones o agresiones evitables...