miércoles, 24 de marzo de 2010

Un turista en mi propio país

Ayer estuve en el aeropuerto acompañando a alguien que viajaba.

En el momento de la cola para el check in, veo que tres individuos en frente mio empiezan a reírse y a mirarme los pies. Antes que nada atino a mirarme a ver si me había vestido con el calzado al revés o si me faltaba algo escencial en la vestimenta (cuestión que con la distracción que me caracteriza no me hubiera asombrado).

Afortunada o desgraciadamente poseo un sentido afinado del oído, por lo que prestando atención me doy cuenta rápidamente de que se están riendo de que estoy en chancletas.
Escucho comentarios alusivos a la poca ubicación de viajar en chancletas en avión, lo poco adecuado y vistoso que era. Todo esto se daba descaradamente frente a mis narices y a uno o dos metros de distancia. Como reflejo instantáneo, comienzo a observarlos a ellos. La más interesada y con la iniciativa en los comentarios lucía unos taco aguja simil-cuero o tela plástica calibre 20 centímetros, una camperita símil-cuero o plástico y un pantalón absolutamente apretado. Esta persona seguramente no debe saber lo que es subirse a un avión y lo importante que es ir cómodo, además de que posiblemente hasta ahora debe estar anhelando mis chancletas. Además de esto, nunca se le ocurrió que yo iba acompañando y no viajaba (de todos modos podría perfectamente haber viajado en chancletas y más en verano).
Este tipo de personajes de estreches mental, falta de clase y agresividad explícita y cotidiana es una de las cosas que me hace sentir una y otra vez una turista en mi propio país.

Please, A little bit of respect

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